Autor: Mario Suárez García. Grado en CAFD. Técnico deportivo superior en esquí alpino.
Gutmann (1976) (padre del movimiento paralímpico):
La competición de gente con y sin discapacidad, “permitirá mejorar la comprensión entre las personas con y sin discapacidad, y ayudar a los últimos a su reintegración social”
Introducción
Próximos a la celebración en el mes de diciembre del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, aprobado en octubre de 1992, a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 47/3, nos vamos formulando nuevas preguntas acerca de la implantación del concepto inclusivo en nuestro deporte:
¿Se están dinamizando los procesos de inclusión deportiva?, ¿Comprende bien la sociedad este término?, ¿Hemos conseguido sensibilizar con este concepto a todos los agentes implicados y orientar los esfuerzos a una mayor efectividad en la implantación organizativa?
Analizando la implicación social que el deporte va adquiriendo en esta progresiva demanda inclusiva, nos encontramos con diversos planteamientos en nuestro país: CSD, CPE, fundaciones, federaciones deportivas, clubes y deportistas y asociaciones, trabajando por la inclusión pero manteniendo aún rumbos diferentes y generalmente grandes distancias. Sin duda, acortar estas distancias, es trascendental para favorecer la verdadera inclusión, precisando de una mayor atención por parte de la administración, técnicos, líderes y directivos del deporte a nivel nacional, y un mayor compromiso de todos los agentes e instituciones implicadas en la promoción responsable del deporte independientemente de su tamaño o capacidad
Conceptos de integración e inclusión
Existe una tendencia al uso indistinto de los términos integración e inclusión, aunque se revelan significados distintos. Por un lado, las organizaciones usan integración para justificar la aproximación de personas con o sin discapacidad, expresar cambios en el sistema competitivo o plasmar las relaciones entre clubes y federaciones. Sin embargo, la inclusión emerge de los procesos de normalización y de integración. El término normalización hace referencia a las mismas condiciones de vida para todas las personas, mientras que integración hace referencia a los ámbitos laboral y social.
El manejo de estos conceptos implica reconocer que la integración conlleva que la minoría pasa a formar parte de la mayoría, precisando un cambio de la mayoría y comprometiendo a minoría y mayoría. La inclusión por tanto implica que la entrada de la minoría provoca una transformación del conjunto, con la participación de todos (Segura, Martínez-Ferrer, Guerra, y Barnet, 2013)
Fig. 1. Desde la exclusión irremediable por falta de conciencia e interés general, hasta la inclusión pretendida, hemos pasado y estamos pasando por situaciones y periodos de segregación y posterior integración. Todo un desarrollo evolutivo hacia un único conjunto para todos: la verdadera inclusión
Organización deportiva
La organización estructural deportiva en nuestro país, comprende diversas instituciones administrativas y de gobierno. Nos referimos a esquemas estructurales de índole jerárquica, tanto pública como privada, que dan cabida a las diversas entidades que integran a los deportistas, técnicos, clubes y federaciones.
http://www.csd.gob.es/csd/legislacion/estructura-del-deporte-espanol/3-estructura-del-deporte-espanol
Difuso entre el conjunto de organizaciones, se encuentra inmerso el deporte inclusivo, aspirando a ocupar una ubicación definitiva para un proceso que comenzó en el año 2004 con la recomendación del International Paralympic Committee (IPC)
La propuesta de formalizar la inclusión de los diferentes deportes Paralímpicos dentro de las Federaciones Deportivas Internacionales de cada deporte, fue aprobada por el IPC en asamblea extraordinaria en el Cairo (Egipto), ese mismo año.
A partir de este momento, en la última década, se ha experimentado un notable crecimiento en la colaboración entre los comités internacionales olímpicos y paralímpicos. A pesar de ello, se observa una clara desventaja para estos últimos, ya que los procesos de toma de decisiones terminan en representantes que en ocasiones no están próximos a la realidad de las personas con diversidad funcional (Reina 2014)
Sin embargo y a pesar de ello, el objetivo que siempre han reivindicado las personas con discapacidad en relación a la integración e inclusión, se ha venido produciendo en ámbitos como el laboral, educativo, de ocio y recreación, estando aún el ámbito deportivo fuera de este proceso (CSD 2010)
Seguidamente, el proceso de transferencia de competencias a nivel internacional, desde las Federaciones internacionales Deportivas para discapacitados a las Federaciones Internacionales Deportivas , se ha visto intensificado, pasando a ser actualmente un total de 10 deportes (tiro con Arco, canoa, curling, hípica, remo, ciclismo,, tenis, tenis de Mesa, , triatlón, vela) y otros con trámites avanzados en curso, los que desde la federación internacional deportiva que los tutela, han impulsado el proceso de inclusión en cada país (Martínez Ferrer, 2016).
El ámbito federativo
Una de las cuestiones que marcan diferencialmente el proceso de la inclusión a nivel federativo es la imposición con la que las federaciones unideportivas perciben este fenómeno, asumiéndolo como un efecto generado y debido a la promulgación legislativa. Ello implica una gran incertidumbre ante la gestión que exigirá esta adaptación legal ,la cual ya viene marcada por la falta de información entre federaciones, la escasez de apoyo político y económico, el desconcierto entre los deportistas y las dificultades en el planteamiento de los campeonatos y competiciones oficiales (Martínez Ferrer, 2016).
Cabe señalar que los procesos de inclusión se ven marcados por las clasificaciones funcionales. Son una forma de control, organización y gobierno del deporte paralímpico, al ser implementados por personas sin discapacidad, pudiendo conducir a un fenómeno de estigmatización. Curiosamente el deporte adaptado de rendimiento (paralímpico) ha discurrido paralelo a los juegos olímpicos, por lo que podría seguir manteniéndose el discurso de las “necesidades especiales” (Goggin, y Newell, 2000) en (Reina 2014) y se podría cuestionar si los propios juegos paralímpicos pueden ser contraproducentes para los derechos de las personas con discapacidad (Reina 2014).
La clave para una correcta puesta en marcha, pasa por la sensibilización de todos los agentes involucrados en el deporte, el liderazgo del CSD como dinamizador de los cambios, la aceptación en asamblea general por parte de la federación deportiva de la modalidad y la consiguiente modificación de estatutos, junto con la baja de esa modalidad en la federación de Deporte Adaptado (Jofre, 2009). En palabras del propio Alberto Jofre, Director Gerente del Comité Paralímpico Español, la integración en las federaciones deportivas lograría una mayor especialización de los servicios ofrecidos a los deportistas con discapacidad y a sus técnicos para la práctica de su deporte.
Esto deberá traer el incremento de convenios entre las federaciones deportivas, las federaciones de Deporte Adaptado, el CSD y el CPE, recogiendo diversos capítulos, como son el traspaso de responsabilidades en reglamentación, organización de campeonatos y expedición de licencias deportivas entre otros tantos.
En un intento de comprobar estos cambios, y analizando datos recientes, tenemos que en el año 2015, contabilizando el número total de licencias emitidas para clubes, deportes para Ciegos, tuvo cero licencias federadas de clubes; deportes para sordos 42 licencias; deportes para discapacidad física 107 licencias; parálisis cerebral 126; discapacidad intelectual 227 licencias. En deportes regulares u ordinarios, fútbol 21381 licencias de clubes; baloncesto 3542 licencias; tenis 1287 licencias; montaña y escalada 2475 licencias. En otro orden inferior, deportes tradicionales como Hockey 129 licencias; deportes de invierno 212 licencias, remo 138 licencias. El total de clubes federados que representan a las personas con discapacidad alcanzan un 1,08% del total de licencias de clubes deportivos a nivel nacional, frente a un 33,36% de porcentaje para el Fútbol: una cantidad mínima pero superior al apenas 0,32% de deportes de invierno, el 0,21% de Hockey, el 0,72 % de tenis de mesa y prácticamente igual al 1,18% de licencias por clubes de Natación (CSD 2016).
Las preguntas son obligadas: ¿Discurre el proceso de forma lenta o selectiva?: ¿por qué?; ¿son pocos los clubes que aglutinan a personas con discapacidad?; ¿es tan complejo integrar a los deportistas con discapacidad en la federación deportiva correspondiente a la modalidad que practican?
Desde la constitución, en 1973, de la International Federation on Adapted Physical Activity (IFAPA), también los cambios producidos a nivel educativo, han sido decisivos para la integración e inclusión en nuestro país, como bien refleja la transición que ha tenido lugar desde la LOGSE (1990), con el Real Decreto 696/1995, de ordenación de la educación de los alumnos con necesidades especiales, o las modificaciones posteriores como la LOE (2006). Como hemos señalado, la integración real pasa por la normalización, donde ambas deberán conducir a la inclusión: un reto altamente motivador para todos los profesionales e investigadores del área del deporte y en concreto a los de las Ciencias de la Actividad física y el deporte (Tejero y Vaíllo, 2012)
Desde un punto de vista profesional y personal, con la experiencia acumulada hasta el momento en la inclusión deportiva, me inclino por la innovación replicable y la originalidad en el sistema de inclusión, permitiendo la improvisación se convierta en un vehículo más para compartir deporte (Suárez-Iglesias y Suárez-García, 2016).
Referencias
Jofre, A. (2009). El reto de la integración del deporte adaptado español en el deporte convencional. En Actas 1ª Conferencia Nacional de Deporte Adaptado – Toledo 19-20Mayo 2009. Madrid: CSD. Gobierno de España. http://www.csd.gob.es/csd/sociedad/deporte-adaptado/1a-conferencia-deporte-adaptado/libro-de-actas/actas-1a-conferencia-nacional-de-deporte-adaptado-toledo-19-20-mayo-2009
Martínez Ferrer, J. O. (2016). Estudio y protocolización del proceso de inclusión del deporte de competición de las personas con discapacidad en las federaciones deportivas convencionales en el Estado Español. Universitat Ramón Llull. Recuperado de http://tdcat.cesca.es/handle/10803/351962
Reina, R., Menayo, R., y Sanz, D. (2011). Cómo se organiza el deporte adaptado a las personas con discapacidad física. En J. Palau, J. O. Martínez, M. A. García, y M. Ríos (Eds.), Deportistas sin adjetivos. El deporte adaptado a las personas con discapacidad física (pp. 117-132). Madrid: Cromagraf
Reina, R. (2014). Inclusión en deporte adaptado: dos caras de una misma moneda: Universidad Miguel Hernández. Elche. Psy, Soc, y Educ, 2014, vol.6, Nº1.
Segura, J., Martínez-Ferrer, J. O., Guerra, M., y Barnet, S. (2013). Creencias sobre la inclusión social y el deporte adaptado de deportistas, técnicos y gestores de federaciones deportivas de deportes para personas con discapacidad. Revista Iberoamericana de Psicologia Del Ejercicio Y El Deporte, 8(1), 120–144. https://doi.org/10.1177/10442073060170030401
Suárez-Iglesias, D., y Suárez-García, M. (2016). Esquí náutico como medio de inclusión social de personas con discapacidad: un enfoque basado en capacidades en torno a un espectro de inclusión. In D. M. L. José Gallego Antonio, Manuel Alcaráz Ibáñez, José Manuel Aguilar Parra, Adolfo Javier Cangas Díaz (Ed.), Avances en la actividad física y deportiva inclusiva (pp. 102–121). Almería: Universidad de Almería.
Tejero, J. P., y Vaíllo, R. R. (2012). La Actividad Física Adaptada para personas con discapacidad en España: perspectivas científicas y de aplicación actual. Cultura, Ciencia Y Deporte, 21(7), 213–224. Retrieved from http://www.redalyc.org/html/1630/163024688008/.