Autor: Angel Barajas (SETrg; ID Lab)
El chico del millón de dólares (Million dollar arm) se estrenó en octubre de 2014 en los cines españoles. Dirigida por Craig Gillespie, sobre un guión de Thomas McCarthy, narra como, a través del concurso “The Million Dollar Arm”, los dos primeros deportistas indios (Rinky Singh y Dinesh Patel) consiguieron firmar un contrato profesional con los Piratas de Pittsburgh.
Jon Hamm, conocido por su papel de Donald Drapper en Mad Men, da vida a JB Bernstein. Pitobash, actor indio, encarna a Amit. Les acompañan en el reparto Madhur Mittal, Suraj Sharma, Alan Arkin y Bill Paxton, entre otros.
La película es muy “factoría Disney”. Sencilla, predecible, sensiblera pero resultona. Sin embargo, lo que despierta más interés para aquellos que nos gusta la economía del deporte es que presenta numerosos temas para la reflexión. Intentaré enumerar algunos de ellos aunque sea incluso de forma desordenada.
Comencemos con el inicio de la película. JB Bernstein está tratando de sacar adelante su empresa Seven Figures Management junto a otras dos personas. Se juegan todas sus posibilidades en un contrato de representación de un jugador de fútbol americano. Aquí aparecen o se insinúan varios elementos de reflexión. El protagonista había trabajado para una empresa anteriormente y ahora está intentando salir adelante por sí mismo con su socio. Es mucho más difícil subsistir sin una estructura detrás. Su apuesta se concentra en un jugador. Si lo consiguen contratar podrán atraer otros. Eso es un capital relacional intangible que podría ayudar a sacar el negocio adelante. Pero para ello, necesitaría un capital financiero (tangible). Popo, el jugador a representar, les dice que le adelanten un millón de dólares. La agencia competidora se lo ofrece. Otro aspecto que se puede destacar es el aumento del riesgo al concentrarse el negocio en un solo deportista. Si no se cierra el contrato es la ruina.
Siguiendo por la línea financiera, resulta interesante el planteamiento del inversor, Mr. Chang, en el proyecto “Million Dollar Arm”. El acuerdo es para conseguir en un año hacer una prueba ante los equipos profesionales de béisbol presentándoles dos jugadores indios. Se consigue realizar la prueba pero los ojeadores quedan decepcionados. Sin embargo, el inversor queda satisfecho. Su producto, el propio programa, ha funcionado y decide extenderlo por 3 años.
Para Bernstein llega un momento que ha “invertido” en los dos chicos. Quiere que triunfen como deportistas. No es solo el programa. Así se plantea un tema para la reflexión. La inversión en jugadores es tiene implicaciones que se deben considerar. Hay que tener en cuenta sus necesidades, la presión de los medios, la confianza, etc.
¿Por qué puede resultar interesante semejante programa? Por el mercado potencial que hay detrás mil millones de personas, mil millones de camisetas, mil millones de gorras… Pero este negocio se basa en un deporte, con sus reglas, con sus tiempos y sus costumbres. En un momento dado le recuerdan a JB “esto es béisbol no marketing”.
Invertir en deporte es invertir en sueños. Existen numerosas connotaciones que hacen complicado entender este tipo de inversión.
Se muestra el lado del entrenamiento. No sólo es técnica, también hay psicología. Así la motivación de Amit: “veo mi sueño en vosotros”, “vuestra victoria es mi victoria”, “toda India os estará observando”…
En definitiva, una película agradable de ver, con buena música, bonitas fotografías de la India y con interesantes lecciones sobre el deporte.
Si te interesa, aquí tienes una entrevista con JB Bernstein y Patel.